Ah, el mundo del BDSM. Atemorizante para algunos…tabú para otros. Puedo decir que descubrí mi «ser dominante interno» por azares del destino. No lo busqué, mas bien me empujaron a ese abismo. Para cuando reparé, ya estaba yo disfrutando el dar nalgadas y tomar del pelo a una chica que auyaba de placer. Descubrí ese placer. No es la única forma de obtenerlo, se convirtió en una herramienta mas de placer para mi, lo cual me permite sacarla cuando la chica lo disfruta también. Como les he contado en anteriores columnas, soy un ser camaleónico, capaz de disfrutar el sexo tierno y dulce, lo mismo que el sado y las perversiones mas kinkys.
El día de ayer, me encontraba plácidamente trabajando (ja!), cuando un mensaje de msn me provocó una erección instantanea que me impidió salir de mi oficina en 15 minutos que tardé en pensar en otra cosa para que se me bajara. Una amiga que le gusta ser dominada, me insinuó que estaba deseosa de una sesión de dominación…le gusta sentirse dominada, atada, sumisa…sentirse indefensa ante su amo. Y ese amo, es Asmodeus.
Nos vimos por la tarde, saliendo del trabajo. Llegamos al hote, me metí a bañar para despejar los malos humores del día (en el infierno uno suda azufre a mares!), y al salir ya estaba ella esperándome en blusita de algodón y panties. Tremendamente sexy. Al llegar a la cama, siempre me gusta acariciar y besar tiernamente a esta niña, para relajarla y calmarla. No es para menos…está a punto de recibir un trato bastante duro….ella lo sabe….la excita, pero la asusta. Su respiración está agitada. Comienzo a besar sus hombros, su cuello, su nuca…acaricio su espalda con mis dedos y lenta pero firmemente voy quitándole el resto de sus ropas.
Ella se deja hacer. Sumisa. Su respiración se relaja. comienza a sonreir sexy, y su respiración vuelve a acelerarse, pero ahora no es por nerviosismo…no, ahora es diferente…me da un pequeño mordizco en mi labio y se que está lista. Bajo mi mano lentamente hacia su entrepierna y su panty está empapada…su sexo palpita, arde…pero aun no es momento. Hay que saber llevar este juego….la excitación al límite.
Me siento sobre el filo de la cama y la acomodo sobre mi regazo, su pelvis exactamente sobre mi verga, con su culo apuntando a mi cara…listo para ser atendido. Ha sido una chiquilla mala y necesita recibir su castigo. Comienzo a acariciar su espalda, costados, piernas y ella comienza a gemir despacito, mientras su piel se enchina. Al subir mis caricias desde sus tobillos hasta su entrepierna, instintivamente abre las piernas para permitirme accesar a su vulva que sigue manando jugos. Comienso a acariciarsela y se estremece de placer. Son tantos sus jugos que alcanza para lubricarle su orificio anal y comenzar a juguetear con él.
Ella sabe que será sodomizada…sabe que dolerá…la excita…pero aun no es tiempo. Cuando cree que todo será delicado placer, le dejo caer la primer nalgada. Fuerte, severa, dominante. No puede ahogar un grito de sorpresa y dolor, mientras mi mano se queda pintada en su nalga. Prosigo el castigo, alternando mano y nalga, hasta que su culo arde y se pinta de carmesí mientras ella gimotea y solloza. Pero no ha pronunciado la palabra de seguridad…el juego sigue, y ella ha recibido solamente placer.
Al terminar de atender su culo, es hora de que ella haga algo por mi, pero será a mi manera. Así que saco las esposas que tanto le gustan y le inmovilizo las manos tras de su espalda. La sujeto por el pelo, levando un poco su cabeza para acomodarme, y mi verga se introduce en su boca hasta llegar a la garganta. Veo sus ojos como se abren por el esfuerzo y como las venas del cuello se hinchan, sus tendones se tensan, pero aguanta. Libero un poco la presión y ella comienza con su técnica que me encanta. Aprisiona mi verga en su boca y comienza a juguetear con su lengua, dando vueltas, recorriendo mi verga pero sin sacarla de su boca.
Tengo que detenerla o meterle la verga mas profundo para evitar que me haga explotar….aun no. Luego de 10 minutos de un memorable fellatio, la acomodo en la cama, ella con sus manos atadas a la espalda, le coloco mi cinto alrededor de su cuello, para poder aplicar presión y provocarle una leve asfixia que le potencializa sus orgasmos por 10. Vendo sus ojos, y comienzo a jugar con mi verga, dedos, lengua, alrededor de todo su cuerpo…uñas, dientes, todos ellos cumplen su función. Me coloco un condón, y cuando menos lo espera, le clavo la verga en su cuerpo de una limpia estocada, ella gime y se revuelca de pasión al sentirme dentro de ella, pero mis manos la sujetan fuertemente de las piernas para impedir sus movimientos.
Aqui el que ordena y controla como se mueve, soy yo. Le arranco 2 orgasmos dándole duro, fuerte, como le gusta, y la volteo, culiparada, con 2 almohadas bajo la pelvis, para levantar ese precioso par de nalgas…exponiendo su ano que anticipa la penetración. la lubrico con sus propios fluidos vaginales, tomo mi cinto a modo de rienda mientras aprieta su cuello, e introduzco mi verga palpitante en sus entrañas…ella se tensa un poco, pero un tirón del cinto hace que deje de luchar y se someta.
Empuja su culo hacia mi, vencida, sumisa, me indica que soy su dueño y se la puedo clavar en el culo hasta los huevos, cuando yo quiera. Me sirvo de ella, la uso. Me retuerzo de placer pensando que solo me satisfago yo, pero solo es una ilusión. Ella es la que está gozando. Gime, suda, tiembla, se moja, y tiene un orgasmo monumental junto conmigo.
Ambos nos desplomamos, rendidos, luego de casi una hora intensa…la noche apenas comienza…

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